María Teresa Monaño
La Comisión de Derechos Humanos del estado de México (CODHEM), alertó sobre un preocupante aumento de los casos de bullying escolar entre mujeres dentro de los centros educativos mexiquenses y del país.
Este tipo de violencia de mujeres como una forma de ejercer “el poder” sobre otras, –principalmente adolescentes de secundaria y preparatoria–, se caracteriza por la práctica de medidas de “segregación” orientadas a doblar psicológicamente a las víctimas, además de difamaciones y actos abiertos de menosprecio, indicó Antonia Lagunas Ruiz, especialista del organismo en materia de psicología.
De acuerdo a especialistas de la CODHEM, existen dos formas básicas ya identificadas del bullying escolar: el primero es el directo que se da sobre todo entre niños de educación básica y que consiste en agresiones físicas como golpes, patadas o palizas de uno o varios niños hacia otro; mientras que bullying indirecto es más frecuente entre adolescentes de secundaria y preparatoria y se caracteriza por una violencia que incluye la ridiculización, los rumores difamatorios y el hostigamiento abierto con acciones humillantes hacia la víctima.
Estudio de la UdeG detecta violencia de género en escuelas
Aseguró que en el fenómeno del acoso escolar, las agresiones que se presentan entre los adolescentes varones son principalmente físicas y verbales, mientras que las mujeres recurren en mayor medida a la “ley del hielo”.
Comentó que los jóvenes que sufren el divorcio de sus padres o violencia intrafamiliar, sienten la necesidad de llamar la atención en su escuela, e incurren en salidas falsas como el alcohol y la violencia, para dominar a sus compañeros a través del acoso, las peleas y conflictos.
Son directores de secundarias públicas de la capital que han entendido que los jóvenes reproducen en los planteles lo que viven en casa o han encontrado en el ambiente escolar el medio para sacar lo que han reprimido.
El descuido de los padres, que tienen que trabajar para sostener el hogar o se encuentran separados, ha derivado también, aseguran, en una falta de valores que requiere ser atendida de forma conjunta por la escuela y la familia.
Silvino González, de la Secundaria Técnica número 10, situada en la colonia Doctores, tuvo que tomar medidas estrictas de vigilancia con apoyo de los maestros y del personal de servicios, así como colocar una guardia en los baños para evitar enfrentamientos entre estudiantes.
“Para ellos su forma de comunicación es una patada, el golpe o el aventón... Llevo tres semanas con estas medidas y ha disminuido un poco; también solicité la relación de alumnos más difíciles y los dividí en grupos con maestros que tienen horas de auxiliar docente. Ahí hablan con ellos”.
Que estudian en secundarias
Teodoro González Maldonado, director de la Secundaria Técnica número 13, ubicada en la colonia Ampliación Asturias, explica que los de tercer grado son los que incurren más en este tipo de violencia contra sus compañeros, y suspenderlos pocas veces funciona.
José Enrique Farfán, de la Secundaria Técnica 36, en la colonia Jardín Balbuena: “Tenemos un porcentaje alto de familias desintegradas, no porque trabajen sino porque carecen de papá o mamá, o están arrimados con los abuelitos o con la madrastra o el padrastro”.
Ramiro Olguín, director de la Técnica 99, situada en la colonia Bondojito, afirma que algunas encuestas demuestran que es en las casas donde los niños son más violentados o golpeados. Y al estar en las escuelas “tratan de hacerse líderes porque para ellos lo importante es el valor negativo, es el que se atreve a fumar o a golpear el que es mejor”, agrega por su lado Farfán.
María Isabel Ortiz, directora de la Técnica 78, considera que los estudiantes necesitan límites y en casa no los tienen porque los padres compensan su ausencia con mimos y regalos, y en las escuelas “tenemos que reeducar a los niños en valores”.
Aunque los casos de violencia extrema se registran más en el exterior de los planteles, donde los adolescentes acostumbran tener sus riñas, agregan los directores.
Mónica Archundia
El tribunal para menores está lleno de niños que comenzaron su vida delictiva con actitudes características del bullying.
Maritza García Montañez, coordinadora del Laboratorio de Neurociencias de la Facultad de Sicología de la Universidad Intercontinental (UIC) y encargada de realizar el primer estudio sobre el tema a nivel del Distrito Federal, consideró que existen datos cualitativos que muestran este patrón, por lo que se la sociedad debe aprender a prevenir el dolor y sufrimiento de los niños.
Estan en contra de toda violencia
El problema de violencia entre estudiantes es tal que los agresores pueden mantener la misma conducta en la edad adulta y terminar en penitenciarías: “Si comenzamos a platicar con personas que están ahí, nos damos cuenta de que muchos de ellos cuando eran pequeños comenzaron siendo bravucones, lastimando al otro, dándole zapes, burlándose, sintiendo que con eso eran fuertes, que les hacían caso”.
De cada 10 estudiantes capitalinos, se estima que al menos siete son al mismo tiempo víctimas, victimarios y testigos de maltrato e intimidación, y por eso cuando el bullying se registra desde el preescolar, lo más común es que continúe en los siguientes grados y los estudiantes se acostumbren a padecerlo.
Rebeca Jiménez
Ante un alarmante incremento de violencia en escuelas públicas y privadas, autoridades de la policía local iniciaron un programa de prevención de bullying —hostigamiento y agresión a estudiantes— con agentes DARE (Drug Abuse Resistance Education, por sus siglas en inglés), capacitados para que los jóvenes rechacen el uso de drogas y de la violencia.
Esta agresión y hostigamiento permanente y sistemático contra algunos estudiantes ha llegado a violaciones sexuales, lesiones e incluso suicidios, apuntó Alvarado Martínez.
Las burlas y agresiones entre estudiantes siempre han existido, pero “ahora han alcanzando grados alarmantes, incentivados por videojuegos violentos en donde los jugadores ganan puntos por agredir a sus rivales, a policías y a mujeres, además de páginas de internet como La Jaula, en donde se exhiben y difaman a los niños y niñas, en páginas creadas por cada escuela, que incluyen fotografías y videos, tomados con celulares, de situaciones vergonzosas para los alumnos, indicó Daniel Alvarado.
Los videos más visitados en páginas como YouTube son los pleitos entre niñas en escuelas secundarias y primarias, apuntó el funcionario.
Estas agresiones “las hemos detectado desde escuelas de preescolar y kínder, primarias, secundarias, preparatorias y hasta universidades”, en donde muchas veces son fomentadas por los propios padres de familia, que organizan clubes discriminatorios “para los que no son güeritos o no tienen el nivel económico que ellos ostentan”.
Por ello, a partir de este año Naucalpan inició un programa de prevención, detección y rechazo al bullying a través de sus agentes certificados por el programa internacional DARE, que dan herramientas para rechazar el uso de drogas y violencia en más de 300 escuelas públicas y privadas de este municipio.
EL UNIVERSAL